El modelo llega importado desde Brasil con un propulsor 1.5 de 121 CV, con caja CVT. Se destacan mejoras en suspensiones y paquete de asistencias.
En el proceso de relanzamiento de Honda en la Argentina, el SUV HR-V tiene un lugar estratégico. La marca, que apunta a retomar la oferta de productos en 2024, lanza ahora al modelo compacto, con el que apunta a ganar volumen.
El SUV será clave en el objetivo de pasar del 0,3% del market share al 1,5% en los próximos dos años. Con esas metas, HR-V llegó a representar un 10% de las ventas de SUVs en 2017, cuando el modelo se fabricaba en Campana. Ahora llega importado desde Brasil (luego de que Honda se enfocara solo en la producción de motos en el país) con la intención de consolidar un 6% de participación del segmento para 2025.
En Brasil también se mostró al Honda Civic híbrido, la próxima novedad que develará la marca en el país. Así, el line up de la marca que hasta hace poco contaba con HR-V, CR-V y Pilot, sumó recientemente al ZR-V, a la nueva generación de HR-V y en breve al Civic electrificado.
La nueva HR-V se produce bajo la plataforma del City: el SUV es más baja en 20mm, la altura de visión aumenta 10 mm y se ganan 35 mm en espacio interior. La distancia entre ejes es 2,61 m, con un largo total de 4,33m. En cuanto al espacio interior, cuenta con un sistema de plegado total de los asientos para conseguir una superficie 100% plana.
El diseño exterior es más horizontal y se destacan los faros full led, el escape cromado y las llantas aleación 17 pulgadas.
En el interior se observan mejoras en la calidad de los materiales. Cuenta con una plancha minimalista, con un tablero que combina lo digital y lo analógico. Salidas de aire trasera, sensores de lluvia, espejo con oscurecimiento automática, volante y palanca recubiertos en cuero, es parte del equipamiento de confort. Asimismo, incluye pantalla multimedia de 8 pulgadas, con conectividad inalámbrica y cargador inalámbrico en la versión full.
En cuanto al comportamiento dinámico, la nueva HR-V tiene modificaciones en las suspensiones y en la dirección. Los amortiguadores con mayor recorrido y fijaciones más rígidas mejoran la maniobrabilidad y el confort de marcha. Un breve contacto en la pista de pruebas de la planta brasileña de Honda en San Pablo demostró un andar placentero en distintos tipos de asfalto, inclusive en los que simulaban rutas en mal estado. También se reflejan las recalibraciones en una mejor respuesta en curvas y una reacción inmediata al giro, así como una insonorización del habitáculo superior al modelo anterior.
El motor es 1.5 naftero, de 121 CV, asociado a caja CVT de siete marchas, con opción de manejo directa y sport, para un andar más deportivo. Si bien se trata de una potencia correcta, perdió casi 20 CV respecto al modelo anterior, que ofrecía un 1.8 de 140 CV. La contrapartida es una mejora en la eficiencia en cuanto al consumo de combustible.
La seguridad es otro de los puntos fuertes: incluye seis airbags, control de descenso en pendiente, anclajes para sillas infantiles, control de estabilidad y tracción, lanewatch, sensores de estacionamiento, asistente en pendientes. Además, agrega el paquete de asistencias Honda Sensing, que suma frenado con mitigación de colisión, control adaptativo crucero y seguimiento a baja velocidad, sistema de mitigación de salida de carril, asistencia de mantenimiento de carril, luces altas automáticas, cámara inteligente.